Tarifa es un municipio que destaca por sus playas, de gran belleza y muchas de ellas de las más propicias para la práctica de deportes de viento como el windsurf o el kitesurf, factor que contribuye a que todos los veranos sea visitada por miles de turistas. Pero además de sus playas, el municipio Tarifeño ofrece a sus visitantes otros encantos turísticos sorprendentes. A continuación describiremos algunos de ellos:
Moda Surfera:
Tarifa es considerada una referencia para la confección y diseño de nuevas tendencias de la moda relacionada con los deportes nauticos como el surf, windsurf o kitesurf. El diseño de ropa surfera de Tarifa, sus dibujos y creaciones artisticas, han alcanzado una gran popularidad en España y en el ámbito internacional.
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Tiendas surferas por Javier Montero
Asimismo Tarifa es uno de los lugares más importantes del mundo como campo de pruebas y fabricacion de nuevas tablas, velas, cometas y accesorios para este tipo de deportes. La mayoría de tiendas están situadas a lo largo de su avenida principal, a la entrada del municipio. Algunas de las más conocidas son Tarifa Pirates, Aldea Global, 100% fun, Art of surfing o Bull.
Patrimonío Histórico:
A comienzos del siglo VIII el norte de África se encuentra en plena ebullición. Desde la lejana península Arábiga una nueva fe, cuyo símbolo es la media luna, rinde culto a Alá, su único dios, y a Mahoma, su profeta. En el 711 las tropas de Tarik cruzan el brazo azul del Estrecho, de Sur a Norte, desde Ceuta a Gibraltar. Un año antes Tarif ben Malik fundó el primer enclave musulmán de la península: Tarifa.
En ésta ciudad se halla uno de los elementos patrimoniales más significativos e importantes de cuantos se localizan dentro de la provincia gaditana: el
castillo de Tarifa o de Guzmán el Bueno. Asomado a la costa, aupado sobre un promontorio, el castillo domina el paisaje de las costas de Europa y África. De planta en forma de cuadrilatero irregular, fue mandado construir por Abd-al-Rahman III.
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Castillo de Guzmán el Bueno
En tres de sus lados se conservan trazas originales del siglo X, época en que estuvo flanqueado al menos por quince torres. Todo su perímetro se halla rodeado por una poderosa barbacana. Puertas, torres, adarves, arcos y bóvedas conservan huellas de transformaciones que han venido afectando al monumento desde su construcción.
Durante el periodo de dominio musulmán en Al-andalus, el castillo de Tarifa jugará un papel determinante en la geopolítica y geoestrategia del Estrecho, así como de las tierras que lo rodean tanto al norte como al sur, al ser cabeza de puente ambicionada siempre que han existido dos contendientes en litigio.
El patrimonio monumental tarifeño continua por las murallas que rodean el perímetro urbano. Unas constituyen el primitivo recinto islámico, que apenas se conserva salvo en lado norte de la ciudad, y las otras constituyen la cerca que rodea en el presente el casco antiguo de Tarifa.
En los paños se levantan torres cuadrangulares y se abren puertas, como la de Jerez, que, situada entre dos torres cuadradas, es uno de los emblemas y espacios urbanos más conocidos de la ciudad.
La Puerta de Jerez esconde tres arcos: el primero ojival, el segundo de herradura y el tercero de la misma curva y el mismo material: ladrillo.
Ciudad Romana de Baelo Claudia:
Es Roma la civilización antigua y la cultura clásica que ha estampado una huella indeleble en el patrimonio de la Comarca que se asoma a las aguas del Estrecho. Junto a la lengua y el Derecho, la explotación de los recursos, la red de vías y los puertos, Roma nos ha legado las ciudades. Asomada a la dársena de Bolonia, donde las puestas de sol inundan la mar y el cielo de tonos rosas y malvas, la ciudad de Baelo Claudia contempla, ahora desde sus ruinas, la inamovible línea azul del horizonte atlántico. Sus orígenes se deshilvanan en el tiempo, como las nubes afiladas que arrastra el poniente.
Los investigadores dicen que sus primeros cimientos fueron púnicos. Cartagineses adoradores de Baal, dejaron la memoria de su dios prendido en la raíz del nombre primigenio, al que Roma apellidó Claudia.
![Ruinas romanas de Baelo Claudia, Tarifa, Bolonia, Cádiz]()
Ruinas romanas de Baelo Claudia, Tarifa, Bolonia
La ciudad vive de la mar. Desde el océano al Mediterráneo, cada año, las aguas costeras se ven agitadas por millares de aletas y lomos plateados. Los atunes pelágicos, a los que Estrabón comparó con cerdos que se alimentaban de bellotas, atraviesan el Estrecho en un viaje de ida y vuelta. Es un gran raudal de proteínas animales. La necesidad primero, la utilización de artes de pesca y el desarrollo, después, de una industria de salazones, se convertirán en el motor económico de Baelo Claudia.
![Plaza en Bornos, Cádiz]()
Factoria de Garum
Puede que fuesen, otra vez, los púnicos los primeros usuarios de las técnicas pesqueras e industriales.
Las almadrabas, caladas en las poco profundas aguas de la rada, se cerrarían como una trampa sin salida para los grandes peces oceánicos. Roma supone, además, el desarrollo, el crecimiento, la emigración de pescadores y artesanos especializados, el mercado mediterráneo, la exportación, la riqueza, el comercio. La ciudad se industrializa. Grandes piletas de salazón, tinajas otras veces, recogen los peces troceados. Las tongas de peces y sal ascienden desde el fondo de las piletas. Se las protege del inclemente sol del verano, hasta que alcanzan el punto adecuado para los paladares más exigentes.
Los desperdicios también se aprovechan en esta industria que nada desaprovecha, que todo lo recicla: tripas y cabezas, mezclados con morralla, se dejaba cocer al sol, metidas en salmuera. De aquí germinaba una salsa muy apreciada en los mercados de Italia, la Galia o Egipto.
El garum, un condimento universal y un estimulante de apetitos desganados, era conocido y solicitado desde todas las provincias del Imperio.
La ciudad se levantó sobre sus cimientos doscientos años antes de Cristo. Adquirió su nombre, Baelo Claudia, tras sufrir una importante remodelación urbana, después de verse afectada por destructivos terremotos. Los gastos de la reconstrucción corrieron de cuenta del estado romano, en tiempos de la dinastía Julio Claudia.
![Teatro, Ruinas romanas de Baelo Claudia, Tarifa, Bolonia, Cádiz]()
Teatro
El paso del tiempo, la crisis general que afectó a los territorios imperiales en siglo III d.C. y las convulsiones de la tierra, acabaron por convertir en ruinas los acueductos, las murallas y la vía que la unía con Gades y Carteia. En la basílica dejaron de oírse las voces de los jueces; las columnas se derrumbaron por los suelos desperdigando capiteles corintios y toscanos como flores cortadas; las pieles dejaron de estremecerse al pasar del caldarium, al frigidarium en las termas vacías; en las tabernae que circundaban el foro, callaron los gritos de los vendedores pregonando mercancías; nunca más se oyeron discursos floridos, en la lengua que dominó las riberas del Mediterráneo, desde la tribuna de las arengas; ni los sacerdotes ofrecieron más rituales a Júpiter, Juno y Minerva, la tríada de divinidades romanas, en los altares exteriores.
Isis, la exótica divinidad egipcia, hija de Osiris y madre de Horus, diosa de la mar, de los frutos de la tierra y de los muertos, cuyo templo se hallaba junto a la de los dioses romanos, dejó de recibir ofrendas y sacrificios en el íntimo patio de su templo, al tiempo que dejaron de contemplarse comedias y dramas en el teatro cuyo telón de fondo no es otro que la mar oscura y las estrellas de la noche. Hoy los restos excavados de la ciudad de Baelo Claudia constituyen el elemento más importante del Patrimonio Histórico de la época romana localizado dentro de los límites del
Parque Natural del Estrecho.
Más información sobre Baelo Claudia en este artículo:
La Ciudad Romana de Baelo Claudia.
Tel. Casa de la Cultura 956 68 46 89
Tel. Patronato Local de Turismo 956 68 09 93
Tel. Ciudad Romana de Baelo Claudia 956 68 85 30